Pascual Ortuño es magistrado de la sección 12ª de la Audiencia Provincial de Barcelona, especializada en derecho de la persona y de la familia
Se publica un libro que promueve los acuerdos amistosos en los procesos de divorcio
«Un juicio de divorcio lo único que pone a disposición de los ciudadanos es un ring de boxeo. Y es que en los juicios de hoy ya sólo hay monólogos, y para comprender los conflictos hay que escuchar» expone el magistrado.
La tipología de la casuística en los tribunales es muy amplia: desde las discrepancias entre los hijos sobre la aportación económica (o personal) de cada uno en el cuidado de sus padres mayores, hasta los desacuerdos entre la continuidad en la casa propia o el ingreso en una residencia, especialmente cuando requiere que los hijos deban completar su coste. No es menos lamentable la discrepancia entre los hijos cuando el deterioro psíquico o físico del padre o la madre aconseja promover un proceso judicial para que se declare la discapacidad, con el nombramiento de tutor y administrador de los bienes al cónyuge o a uno de los hijos.
En una sociedad tan materialista como la nuestra, la extensión de la longevidad es percibida muy negativamente por algunos hijos, para los que sus padres llegan a ser un estorbo: hay que dedicarles un alto presupuesto para sus pensiones, ocupan en las ciudades y pueblos las mejores viviendas, y no quieren desprenderse del patrimonio familiar.
«La familia debe ser siempre el objetivo prioritario por cuanto es el primer escalón para evitar la violencia»
Hay un ámbito de los conflictos familiares en los que la mediación es tanto o más útil que los temas de custodia de menores y, sin embargo está muy poco desarrollada. Me refiero a los conflictos que surgen en las relaciones entre los padres mayores y sus hijos adultos, tanto en las relaciones intergeneracionales, como en las múltiples esferas en las que se desenvuelve la relación familiar basada en nuestra cultura en imperativos de solidaridad.
«La mediación familiar potencia las competencias parentales tras un divorcio»
Los casos más tristes provienen del castigo a los padres al impedirles la relación con los nietos porque han favorecido a otro hermano o porque no les han querido comprar un coche. Los más frecuentes son las disputas entre sus hijos cuando piden por anticipado la porción de herencia que cada uno cree merecer. Por eso, desde muchas residencias geriátricas se suscriben pliegos de firmas para que se supriman las legítimas. El TS acaba de dictar la primera sentencia que arrebata a un hijo la herencia que reclamaba por la ingratitud derivada de la total ausencia de relación afectiva con sus padres.
La mediación en los conflictos de personas mayores debería ser una prioridad de nuestro sistema de justicia porque las sentencias llegan siempre tarde, y no dan solución a los problemas.
Pascual Ortuño es magistrado de la sección 12ª de la Audiencia Provincial de Barcelona, especializada en derecho de la persona y de la familia. Acaba de publicar el libro: «Justicia sin jueces, métodos alternativos a la justicia tradicional»
Se publica «Justicia sin jueces, métodos alternativos a la justicia tradicional» de Pascual Ortuño
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